Turno para la lectura en nuestro repaso al año que está a punto de acabar y una de las selecciones más difíciles para nosotros
Ciudad de México, 30 de diciembre (SinEmbargo/eldiario.es).- Siempre decimos que la lista de libros es la más complicada de todas. Nunca se abarca lo suficiente y, aunque lo intentemos, siempre quedarán obras por descubrir. Hemos vivido un año magnífico para el feminismo y el ensayo político, con voces que han puesto sobre la mesa asuntos difíciles como el género, la precariedad y la raza con total elegancia.
En nuestra lista hay de esto último, así como las típicas joyas que se encuentran escarbando lejos de las estanterías de lo más leído. También se ha colado algún best seller con motivos, aunque son los menos, ya que nos hemos dejado cautivar por las plumas jóvenes y ágiles que aparecieron por casualidad.
No pudimos leerlo todo, pero aquí está lo que más nos ha llenado de la producción de este año. Seguro que nos han faltado obras imprescindibles.
Así que siéntase como en su casa y díganos en los comentarios cuál ha sido su libro de cabecera este año. Como en todas nuestras listas, cada aportación suma.
4 3 2 1, de Paul Auster (Seix Barral)
Siete años después de la publicación de su último libro, Paul Auster volvía multiplicado por cuatro. 4 3 2 1 es una novela monumental, de casi 1.000 páginas, con la que el escritor neoyorquino regresaba para dejar claro que su tiempo de silencio había merecido la pena: la de 2017 es sin duda una de las mejores obras de toda su bibliografía.
Desde un punto de partida casi idéntico, cuatro Archies Ferguson nacen en 1947 en Nueva Jersey. A partir de ese momento cada una de sus vidas tomará un camino diferente marcado por distintas variables y personajes. Cuatro vidas se entrelazan con maestría en una de las novelas más impresionantes de Paul Auster que, como un dios que juega los dados, se recrea en una de las grandes obsesiones del ser humano: ¿Qué hubiera pasado si…?
La vegetariana, de Han Kang (:Rata_)
He leído todo tipo de novelas y ensayos este año, pero solo una se mantiene agarrada a mi subconsciente con uñas y dientes. Destaco La vegetariana porque es una obra que requiere un poco de sacrificio por parte del que la elige, y eso precisamente la convierte en inolvidable.
Este Man Booker Prize no tiene nada de discurso en contra la industria cárnica, sino en contra de todas las violencias de nuestra sociedad. Yeonghye, la protagonista, es el reflejo de la obstinación pacífica que despierta la ira y el desprecio de quienes la rodean.
La prosa de la surcoreana Han Kang es directa e incómoda, y no escatima en detalles al relatar los sueños gore de Yeonghye, las escenas de sexo o el tabú de la violación dentro del matrimonio. Junto a Tan poca vida, de Hanya Yanagihara, La vegetariana es una presencia obligatoria en la estantería de los que buscan sentir escalofríos durante la lectura. Como bonus track me gustaría recomendar también Quédate este día y esta noche contigo, donde Belén Gopegui explora el futuro de la Inteligencia Artifical, la meritocracia y la filosofía.
El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead (Literatura Random House)
Colson Whitehead leyó muchos testimonios de esclavos de plantaciones para dar forma a su The Underground Railroad, pero lo que le destrozó de verdad fue la película 12 años de esclavitud. Su protagonista, Cora, es una chica de quince años que escapa de los trabajos forzados a través de una red subterránea de trenes y vías.
El jurado del Pulitzer comparó esta obra con Cien años de soledad y con El diario de Anna Frank por la crudeza de las palabras de esta adolescente.
Me parece una lectura no solo original y fácil de devorar, sino necesaria para recordar cómo las artes se revelaron de forma sutil ante la elección del presidente Trump. Todos los premiados en la sección cultural de los Pulitzer se atrevieron a clamar contra la desmemoria de la historia negra de Estados Unidos y, ¿quienes seríamos nosotros si no lo reconocemos doce meses después?
La libertad es una batalla constante, de Angela Davis (Capitán Swing)
Una de las características que define y une a los grandes pensadores de la Historia es la capacidad para ir por delante de la sociedad, alcanzar 20 años antes las conclusiones que el resto tardamos en obtener. Y en ese grupo selecto Angela Davis ocupa una plaza de oro.
Ya fue pionera en el libro Género, raza y clase donde sentó las bases teóricas de la interseccionalidad que hoy está en boca de todos y que se plantea como imprescindible. Ahora, en La libertad es una batalla constante, Davis profundiza en la necesidad de plantear un activismo que plante cara a todas las injusticias sociales: del feminismo al antirracismo, pasando por la lucha contra el cambio climático o la liberación de Palestina.
Esta recopilación de respuestas, ensayos y conferencias de Angela Davis siempre será una buena elección para regalar a quien busque crear un mundo sin injusticias. ¿Cómo no vamos a acertar así?
Este joven monstruo, de Charlie Fox (Alpha Decay)
Cualquier adolescente se ha sentido solo, se ha creído incomprendido o cargado de razón como si la edad que vive solo le hubiese tocado vivirla a él. Bien lo sabe Charlie Fox, joven periodista cultural británico que decidió investigar la adolescencia de grandes talentos del arte para descubrir que ellos también vivieron con pavor su camino hacia la edad adulta.
Buster Keaton era un joven triste y maltratado que encontró en el cine su salvación, Harmony Korine tenía gustos extraños que nunca superó, Diane Arbus se veía a sí misma como un monstruo consumido por el incesto y Klaus Kinski tuvo que crearse una personalidad arrogante para esconder sus miedos. Porque nunca ha sido fácil ser joven y, sin embargo, durante sus abriles algunas de las miradas artísticas más importantes del siglo XX conformaron su personalidad.
Charlie Fox arroja luz no sólo sobre una etapa vital, sentimiento universal de confusión, también sobre cómo el arte, en sus más variadas pieles, puede cambiarnos la vida. Amén de ofrecer una desprejuiciada visión de cómo enfrentamos a nuestros referentes, por qué los necesitamos y con qué tuvieron que romper ellas y ellos para ser lo que fueron. Porque siendo adolescente, siempre habrá algo que romper.
Querida Ijeawele, o cómo educar en el feminismo, de Chimamanda Ngozi Adichie (Literatura Random House)
Hace ya años que deberíamos seguir la pista a Chimamanda Ngozi Adichie, pero si queríamos una excusa, solo apuntar que Random ha reeditado algunas de sus mejores novelas como Americanah o Medio sol amarillo en sendas ediciones revisadas y bien cuidadas. Sea como fuere, este año también ha llegado a nuestras librerías un libro diminuto que podría pasar fácilmente desapercibido entre novelones y ganadores de planetas, pero que resulta de lo más revelador.
Se trata de una carta que la autora nigeriana dedicó a una mujer que acababa de dar a luz, no más larga que su magnífico manifiesto Todos deberíamos ser feministas, pero con algo que le faltaba aquél: más allá de mirar al aquí y ahora, nos habla de un futuro que sólo será prometedor si es comprometido.
Ngozi Adichie carga cada palabra de una emoción controlada no exenta de responsabilidad, para hablar de cómo construir la sociedad que queremos. Sin dejar de lado su tono didáctico y su prosa absolutamente ágil, a este título le bastan quince consejos para hacernos reflexionar durante un buen rato.
Qué vas a hacer con el resto de tu vida, de Laura Ferrero (Alfaguara)
Elijo la segunda obra de Laura Ferrero, una novela impresionantemente documentada que enganchará a todo aquel que alguna vez se haya hecho preguntas frente a un mapa, que haya sido un niño o niña con miedo a vivir en El Show de Truman, o simplemente que haya estado un poco perdido.
Ferrero escribe como quien respira sobre cosas importantes: el exilio, las islas, los faros, la familia, el amor, la literatura o las ballenas.
También, si eres mujer, estás leyendo este artículo y por tanto usas en Internet, recomiendo como método de autodefensa y empoderamiento De esto no se habla: sexo mentiras y revolución, de Laurie Penny. Y como ejercicio de justicia con la genealogía feminista, El libro de Gloria Fuertes, cuyo interés y preciosa edición de Blackie Books justifican el hype y la insistencia.
La mort i la primavera, de Mercè Rodoreda (Club Editor)
En un catalán entero y flotante, la autora de La plaça del diamant inventa un ecosistema rural y detalla paisajes y tradiciones, siniestras glicinias, hombres sin rostro, mujeres que comen abejas y comunidades que toman el cerebro de sus caballos mezclado con miel. Ah, pero solo una cucharada, porque si tomas dos se dice que puedes volverte loco.
La novela inacabada de Mercè Rodoreda es un relato tectónico e indagatorio decidido a marcharse de la realidad para desde el exilio (en el exilio se escribió) volver a codificarla. El resultado es una obra bárbara y poética, es decir simbolista, que la escritora no pudo terminar tal vez por exceso de celo, y que años después Núria Folch, viuda de Joan Sales, reconstruyó y puso en orden según su –buen- entendimiento. Recién reeditada este invierno, vuelve a ser un gozo y una eclosión abandonarse a su lectura.
Tiene que ser aquí, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide)
Sería injusto que la novela de Maggie O’Farrell (traducida al castellano por Concha Cardeñoso) no saliese reseñada en alguna de las listas de “lo mejor del año” inevitables en estas fechas. Pero también probable, ya que la trama que la estructura no se presenta muy excitante: matrimonio feliz que ve como su relación se tambalea al aparecer una persona del pasado. Vaya novedad.
Sin embargo, la escritora esquiva con pericia los peligros de los clichés y construye una historia llena de matices, con personajes complicados (y en ocasiones muy irritantes), saltos en el tiempo y escenas inesperadas. Pero, sobre todo, es una de las narraciones más emotivas -que no emplagosas- de las publicadas en los últimos 12 meses. En realidad, más que para la autora, la injusticia la sufriría quien la deje pasar.
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